miércoles, 30 de abril de 2008

Especial Titikaka

Kaixo, kaixo:

En la última entrega os dejamos a punto de zarpar para la Isla del Sol y contra todo pronóstico se convirtió en una verdadera odisea...

Según el que nos alquiló la barca iban a ser tres horas de agradable navegación, porque el viento "siempre" suele soplar durante la mañana en dirección a la isla y a la tarde en dirección a Copacabana. Sin embargo, cuando zarpamos a las 7, Eolo no apareció hasta las 9 y lo hizo en dirección al centro del lago, que para recordaros tiene unos 164 km de largo. Así que nos alejó bastante de la isla, esperando a que cambiara, pero el cabr... no lo hizo, y tuvimos que estar horas y horas luchando contra el viento sin casi avanzar. Esto nos obligó a utilizar los rudimentarios remos más de lo que nuestras manos hubieran deseado. Al final, después de 15 horas, con la noche cerrada y los rayos de una tormenta cada vez más cerca, llegamos de nuevo a Copacabana. Otro ejemplo más de lo cabezón que puede llegar a ser el ser humano, y más si es de Bilbao o de las cercanías...

Al día siguiente, como todo guiri viviente, tomamos el barco turístico para ir a la Isla del Sol.
Cosa que si alguna vez podéis hacer, no lo dudéis. Según la leyenda este es el centro del universo Inca, ya que allí nacieron el sol y la luna, de la roca sagrada con forma de puma. De ahí el nombre del lago: "titi" = puma y "caca" = roca.

Como se nos acababa el permiso de estancia en el país, dejamos Bolivia en dirección a Perú, para llegar a Puno, donde visitamos las islas flotantes de los Uros. Aunque se está convirtiendo en una turistada, es curioso ver cómo han construido sus casas sobre unas plataformas de juncos, llamados totoras, igual que las embarcaciones que usan.

Ahora nos encontramos en Cusco, donde nos han recibido con un desfile folklórico muy lindo: parecía que sabían que llegábamos...

Fotos en: www.bizikletazbizi.multiply.com

Agur eta laster arte...

viernes, 25 de abril de 2008

De Sucre a Copacabana pasando por ciudades y selvas


Kaixo lagunok:


Aunque parezca mentira, no nos hemos olvidado de vosotros y menos de vosotras. En este largo tiempo hemos pasado por ciudades, selvas, montañas, rios y lagos, como el Titicaca, a cuyas orillas nos encontramos ahora. En concreto, en Copacabana, que aunque suene muy brasileiro, no hace nada de calor, porque estamos a 4018 m de altura, asi que nada de bikinis, ni cuerpos sudorosos...


Desde Potosi nos dirigimos a Sucre, la antigua capital de Bolivia (todavia lo siguen reivindicando, parecen vascos). Es una ciudad muy linda, de estilo colonial, con edificios de color blanco, que le dan un toque muy del sur hispano. Alli visitamos algunos pueblitos, como Yotala y Tarabuco, donde celebran un mercado al que acuden muchas de las distintas etnias de Bolivia, con sus trajes tipicos.


Despues de pasar unos dias en Sucre nos despedimos de Carlos, nuestro amigo segoviano, que se iba a hacer la ruta de El Che: le mataron en el pueblito de La Higuera, de bastante dificil acceso. Nosotros continuamos viaje en bus por una carretera de piedras y tierra, y por la noche para aumentar el suspense, para llegar a Cochabamba. Una ciudad bastante grande y un poco locura, como casi todas las de Bolivia, con mucho trafico, gente de un lado para otro, cientos de puestos por las calles que ocupan el poco espacio que hay en las aceras...


Asi que nos fuimos para la zona del tropico cochabambino, al pueblo de Villa Tunari. Aqui el calor era muy fuerte y con mucha humedad. Visitamos un centro de recuperacion de animales, donde sobre todo habia monos muy juguetones y aves tropicales. Tambien visitamos Puerto San Francisco que solo estaba a 27 km, pero tuvimos que tomar tres "movilidades", o sea taxis, en los que llegamos a ir hasta 13 personas...


Desde Villa Tunari tomamos otros taxis, en los que compartiamos el escaso sitio y el calor con los habitantes del lugar, para llegar a Ivirgarzama, donde se celebraba una feria de productos del tropico. Por la noche fuimos a un concierto de musica autoctona, acompañados por Katia y sus amigas, y bailamos y sudamos lo que no esta en los escritos... Desde alli nos acercamos a Puerto Villarroel, un importante puerto fluvial, en el limite con el departamento de Santa Cruz (este departamento se quiere independizar de Bolivia, asi que Evo Morales, entre esto y las continuas huelgas no gana para disgustos).


Regresamos de nuevo a Cochabamba para, al dia siguiente, retornar a La Paz, a 3600 m de altura (en el tropico habiamos estado a 200 m). La capital de Bolivia es una locura de trafico y gente. El centro esta situado en un valle muy profundo, pero los barrios mas pobres se han ido extendiendo por las laderas de impresionante pendiente.


Desde La Paz se pueden hacer muchas actividades, a precios muy asequibles, como subir a montañas de mas de 6000 m, realizar todo tipo de treckings, visitas culturales, etc. Por eso hay muchos "guiris", sobre todo israelies (en muchos sitios esta todo en hebreo).
Cerca de La Paz estan las ruinas de Tiwanaku, antigua civilizacion anterior a los Incas, que duro nada mas y nada menos que unos 3000 años.

Para recordar viejos tiempos realizamos el recorrido en bicicleta por la llamada "Carretera de la Muerte": un espeluznante descenso desde 4700 m hasta los 1185 m en Yolosa, por una antigua carretera que al principio es de asfalto, pero luego se transforma en una pista de piedras y ripio, excavada en la montaña y que se pega a los precipicios como el rencor a las personas; hay caidas de hasta 1000 m de profundidad y la anchura en algunos tramos no sobrepasa los tres metros. Asi que no es de extrañar que le hayan puesto ese nombre, porque han ocurrido bastantes accidentes de vehiculos y ciclistas.


Ese dia nos alojamos en Coroico, un pueblo enclavado en plena montaña, con unas bonitas vistas. Al dia siguiente tomamos un bus para Rurrenabaque, en la zona tropical del rio Beni. El recorrido a veces fue como el de la Carretera de la Muerte, por una estrecha carretera de tierra, en la que el conductor conducia por su izquierda para ver mejor la parte del precipicio que daba a un profundo rio.


Despues de solo 18 horas llegamos a Rurrenabaque: otra vez al calor. Desde aqui nos fuimos en 4x4, con un grupo de 8 personas, hasta el rio Yacuma, donde pasamos 3 dias visitando Las Pampas en canoa. Las riberas del rio estan llenas de vegetacion y animales: caimanes, tortugas, aves de todo tipo, delfines rosas, anacondas... un verdadero paraiso, que se transformaba en un pequeño infierno con la caida de la tarde y la aparicion de los malditos mosquitos. La actividad completa, con todo incluido (guia, transporte, comida...), cuesta unos 50 euros por persona.


Despues de esta inolvidable experiencia volvimos a La Paz en otro viaje para no olvidar, tenemos el cuerpo con forma de asiento de autobus. Un dia despues, otra vez a la carretera, para dirigirnos a Copacabana, junto al lago Titicaca, donde visitaremos la Isla del Sol. Este recorrido lo haremos en un pequeño barco a vela que hemos alquilado por dos dias (15 euros). En la proxima entrega os contaremos el desenlace de esta aventura de dos marineros de agua dulce...





Agur eta laster arte...




miércoles, 2 de abril de 2008

Por los desiertos de Atacama y Bolivia

Kaixo lagunok:
Esperamos que lo hayáis pasado bien durante la Semana Santa. Nosotros nos encontramos ya en Bolivia, en concreto en la ciudad minera de Potosí.
Aunque nos costó mucho dejar Salta, por fin lo conseguimos y nos dirigimos en colectivo, por el paso de Jama a más de 4500 m de altura, hasta San Pedro de Atacama, en Chile. En este pintoresco pueblo, situado en un oasis del desierto de Atacama, realizamos varias excursiones para visitar los geiseres del Tatio, bañarnos en unas termas a más de 4000 m y visitar los Valles de la Muerte y la Luna. A estas altitudes el corazón late como un loco y cualquier esfuerzo obliga a detenerse para recuperar el aliento. Incluso dormir cuesta trabajo (dormimos a 4300 mtrs y a cada vuelta se salía el corazón). Así que hemos cambiado el mate por las hojas de coca.
Desde San Pedro de Atacama contratamos un recorrido de tres días en 4x4 para dirigirnos al salar de Uyuni, en Bolivia. La experiencia ha sido de las mejores de todo el viaje, tanto por los paisajes que hemos podido observar, como por la gente con la que hemos compartido muy buenos momentos. A lo largo de esos días hemos podido ver lagunas de variados colores, geiseres a 4800 m de altura, volcanes, formaciones rocosas muy curiosas, desiertos de todo tipo, pueblos perdidos en la inmensidad del altiplano, flamencos, llamas y el impresionante Salar de Uyuni, algo que no se puede describir con palabras...
Al llegar a Uyuni teníamos pensado descansar un día para planificar bien nuestro viaje por Bolivia, pero nos avisaron de que había una huelga de chóferes y que las carreteras estarían cortadas por los menos dos días. Así que sin pensarlo mucho tomamos un bus que nos llevó por la noche hasta Potosí; tardamos 6 horas por una carretera de ripio, para recorrer 215 kms.
El 1 de abril Potosí celebra el aniversario de su fundación y para conmemorar tal evento vino el presidente Evo Morales, al cual vimos desfilar por las calles con toda naturalidad, aunque se produjeron algunos disturbios entre partidarios de la autonomía para la región y los defensores del presidente.
Al día siguiente fuimos a visitar las minas del Cerro Rico que domina la ciudad con sus laderas cortadas por mil tajos y sus entrañas atravesadas por infinidad de galerías. Esta fue la mina de plata más importante del mundo y se sigue explotando desde el siglo XVI, aunque las condiciones son infrahumanas. Hicimos un recorrido subterráneo por galerías que nos obligaban a caminar agachados, bajamos a pozos por escaleras de madera y ofrecimos coca al Tío, que es la figura que representa al diablo, el protector de los mineros. Todo esto a más de 4000 m de altitud (Potosí está a 4100 m), casi sin aire y con mucho calor (menos mal que no tuvimos que trabajar). Para ayudar un poco a superar el esfuerzo mascábamos hojas de coca, único alimento de los mineros mientras están trabajando.
Bolivia es un país increíble, con paisajes únicos y gente que todavía conserva sus tradiciones, y además es rebarato (un menú por 70 céntimos), por lo que os lo recomendamos de todo corazón.
Agur eta laster arte.