martes, 20 de mayo de 2008

De Cusco a Lima por Arequipa, Nasca, Ica, Pisco...

Kaixo lagunok:
Aquí seguimos nuestro trepidante viaje, porque en los últimos días casi no hemos parado.
Desde Cusco nos fuimos para Arequipa, una bonita ciudad, con una plaza de armas porticada digna de ver. Además, la gente de esta zona tiene fama de ser muy reivindicativa, siempre están oponiéndose al centralismo de Lima, algunos tienen incluso aspiraciones independentistas... No os resulta todo esto extrañamente familiar; a ver si van a ser vascos y no lo saben...
Desde allí visitamos el famoso Cañón del Colca, uno de los más profundos de la Tierra, según dicen por acá; casi parecen de Bilbao con las exageraciones.... No está mal, aunque lo más llamativo son los cóndores que vuelan por sus laderas, que son como los buitres, pero tamaño XXL. Por la noche, en el pueblo de Chivay, asistimos a una cena típica, con música y bailes locales; todo hiperturístico y, como no podía ser de otra manera, pues nos sacaron a bailar o por lo menos a intentarlo...
Seguimos viaje por la costa peruana hasta Nasca, para ver las famosas figuras realizadas en la tierra y que sólo pueden divisarse desde el cielo. Llegamos a las 4 de la mañana y nos tocó esperar hasta las 13,30 h para poder volar en avioneta. El vuelo se ha encarecido, la última semana, qué casualidad, porque una avioneta se estrelló y han puesto más controles; ahora el precio es casi fijo en todas las compañías: 50 dólares (en las zonas turísticas el rey es el dólar, el pobre sol peruano ni brilla, aunque, por supuesto, también lo admiten). La aventura sólo dura 30 minutos en el aire, pero uno de los dos se mareó hasta límites que sobrepasan el entendimiento humano y el otro no...
Desde allí, con el estomágo convertido en una bolsa de desechos, llegamos a Ica. Y, casi sin parar, nos fuimos a la Huacachina, un oasis en mitad de un desierto, con dunas enormes y mucha arena, vamos lo que todo ser humano o humanoide se imagina que es un desierto... Es un lugar muy turístico donde se hacen paseos en boogie por la arena y descenso con tablas caseras de sandboard. A esto nos apuntamos y, por lo menos, conseguimos mantener el equilibrio.
Cerca de allí está la ciudad de Pisco, que fue devastada por el terremoto del año pasado; todavía se notan los efectos. Así que nos fuimos directos hasta la costa, al pueblo de Paracas. Al día siguiente visitamos las Islas Ballestas, que son muy conocidas por los miles de aves marinas que las habitan, así como los pingüinos y los leones marinos. También fueron importantes por la recolección de guano. Esta zona también es conocida por su famoso cóctel llamado "pisco sour", que es una de las bebidas nacionales (también reivindicada por los chilenos).
Como todavía nos parecía poco viaje en autobús, nos metimos otras 7 horas hasta Ayacucho. Y qué decir de Ayacucho... Esta noche salimos para Lima, con 9 horas más a sumar a nuestras maltrechas posaderas...
Agur eta laster arte

viernes, 9 de mayo de 2008

Cusco-Machu Picchu

Kaixo blogadictas y adictos:


Aquí estamos de nuevo y suponemos que seguiréis al otro lado de la máquina, porque cada cada vez se anima menos gente a escribirnos y darnos ánimos, que siempre vienen bien. Así que aquí vamos con una nueva entrega, a ver si así os motivamos un poco...


Después de nuestras aventuras por el lago Titikaka llegamos a la capital de los incas, Cusco, el antiguo Qosqo ("ombligo del mundo"). Es lo que nosotros llamábamos Cuzco, pero ya se sabe que las academias de la lengua nunca descansan, sobre todo cuando se trata de cambiar cosas, si no que se lo digan a los de Euskaltzaindia...


Es una ciudad impresionante, que conjuga su origen inca, con las construcciones coloniales, aunque fueron muchas más las destrucciones que se cometieron para imponer una cultura sobre otra. Merece la pena contemplar sus numerosos edificios religiosos, los restos incas que se encuentran en la ciudad y en sus alrededores, como Sacsayhuaman, pasear por su enorme plaza de armas (porticada al estilo de las plazas castellanas) y perderse por sus laberínticas calles llenas de un encanto especial.


No obstante, es una ciudad muy turística, llena de gringos, con lugares exclusivos para gringos y con precios para gringos. Hay mucha desproporción entre lo que cuestan las cosas, porque se puede ir en autobús más de 40 km por medio euro o comer bien y en un lugar muy agradable por unos 3 euros; en cambio, visitar la catedral cuesta 6 euros y unas ruinas, muy arruinadas, 10.


Esto mismo ocurre con Machu Picchu. Lo más barato y recomendable es ir en autobús por el Valle Sagrado de los Incas, así además se pueden visitar las impresionantes ruinas incas de Pisac y Ollantaytambo. Desde este último pueblo se toma el tren hasta Aguas Calientes. Hay un tren para la gente local, pero a los gringuitos no nos está permitido, en este caso, el contacto con la gente local (el negocio es el negocio); debemos ir en los trenes turísticos, que van desde lo más barato que es ir desde Ollantaytambo (20 euros), hasta los de lujo que van desde Cusco y que cuestan una barbaridad.

Por si fuera poco, la entrada a Machu Picchu tampoco es barata (30 euros), a lo que hay que sumar un guía (5 euros), porque si no uno se pierde en el laberinto de edificios y calles. Y queda el acceso al lugar, que si se realiza en bus cuesta unos 4 euros (uno de nosotros subió andando y el otro en bus, aunque los dos bajaron caminando). Menos mal que el alojamiento y la comida en Aguas Calientes (un pueblo hiperturístico) son similares a los de Cusco.

Aviso para navegantes: con la entrada de Machu Picchu se puede salir y volver a entrar el mismo día, y, aunque es nominal, no piden identificación; así que se le puede pasar a un amigo o amiga (este consejo no es muy didáctico para niños y niñas, pero sirva como un pequeño grito de rebeldía contra el capitalismo agresivo y glovalizador).

De todas formas, la visita a Machu Picchu (montaña vieja) es algo obligado y que no decepciona, tanto por su arquitectura e historia, como por el entorno natural en el que se encuentra enclavado. En este caso las fotografías no mienten, es más, se quedan cortas... También os recomendamos subir hasta el Wayna Picchu (montaña joven), desde donde la vista sobre la ciudad, las montañas y el río Urubamba o Vilcanota que la rodea es más que espectacular; pero hay que subir a primera hora, porque hay un cupo de 400 personas (desde el río, donde comienza el acceso a Machu Picchu se salva un desnivel total de unos 600 m, la mayoría de escaleras de gran pendiente).

De nuevo volvimos a Cusco para descansar y disfrutar de sus muchos atractivos, y mañana partiremos de nuevo hasta Arequipa, en una travesía de 10 horas de bus (los precios varían entre los 5 euros, transporte normal, y los 30 de los autobuses turísticos; nosotros elegimos el primero, para integrarnos con la gente local y para no desvalijar nuestras cada vez más mermadas economías).

Por cierto, aclaramos para algunos blogueros y blogueras que ya no vamos en bicicleta. Desde Salta (Argentina) las enviamos para casa y suponemos que estarán en el barco, rumbo a la Península. Esta es otra forma muy distinta de viajar, pero que complementa a la anterior, ya que ahora podemos visitar más lugares y conocer más de cerca algunas de las costumbres de la población autóctona. También estamos conociendo a más viajeros y viajeras, que siempre tienen historias interesantes que contar.

Pdt: ZORIONAK a Itziar (la madre por delante), Javi y Leire por el nacimiento de Iratxe...

Próximamente más fotos.
Nuestro correo: enekotajoseba@yahoo.es


Agur eta laster arte...