Kaixo lagunok:
Aquí seguimos nuestro trepidante viaje, porque en los últimos días casi no hemos parado.
Desde Cusco nos fuimos para Arequipa, una bonita ciudad, con una plaza de armas porticada digna de ver. Además, la gente de esta zona tiene fama de ser muy reivindicativa, siempre están oponiéndose al centralismo de Lima, algunos tienen incluso aspiraciones independentistas... No os resulta todo esto extrañamente familiar; a ver si van a ser vascos y no lo saben...
Desde allí visitamos el famoso Cañón del Colca, uno de los más profundos de la Tierra, según dicen por acá; casi parecen de Bilbao con las exageraciones.... No está mal, aunque lo más llamativo son los cóndores que vuelan por sus laderas, que son como los buitres, pero tamaño XXL. Por la noche, en el pueblo de Chivay, asistimos a una cena típica, con música y bailes locales; todo hiperturístico y, como no podía ser de otra manera, pues nos sacaron a bailar o por lo menos a intentarlo...
Seguimos viaje por la costa peruana hasta Nasca, para ver las famosas figuras realizadas en la tierra y que sólo pueden divisarse desde el cielo. Llegamos a las 4 de la mañana y nos tocó esperar hasta las 13,30 h para poder volar en avioneta. El vuelo se ha encarecido, la última semana, qué casualidad, porque una avioneta se estrelló y han puesto más controles; ahora el precio es casi fijo en todas las compañías: 50 dólares (en las zonas turísticas el rey es el dólar, el pobre sol peruano ni brilla, aunque, por supuesto, también lo admiten). La aventura sólo dura 30 minutos en el aire, pero uno de los dos se mareó hasta límites que sobrepasan el entendimiento humano y el otro no...
Desde allí, con el estomágo convertido en una bolsa de desechos, llegamos a Ica. Y, casi sin parar, nos fuimos a la Huacachina, un oasis en mitad de un desierto, con dunas enormes y mucha arena, vamos lo que todo ser humano o humanoide se imagina que es un desierto... Es un lugar muy turístico donde se hacen paseos en boogie por la arena y descenso con tablas caseras de sandboard. A esto nos apuntamos y, por lo menos, conseguimos mantener el equilibrio.
Cerca de allí está la ciudad de Pisco, que fue devastada por el terremoto del año pasado; todavía se notan los efectos. Así que nos fuimos directos hasta la costa, al pueblo de Paracas. Al día siguiente visitamos las Islas Ballestas, que son muy conocidas por los miles de aves marinas que las habitan, así como los pingüinos y los leones marinos. También fueron importantes por la recolección de guano. Esta zona también es conocida por su famoso cóctel llamado "pisco sour", que es una de las bebidas nacionales (también reivindicada por los chilenos).
Como todavía nos parecía poco viaje en autobús, nos metimos otras 7 horas hasta Ayacucho. Y qué decir de Ayacucho... Esta noche salimos para Lima, con 9 horas más a sumar a nuestras maltrechas posaderas...
Fotos en: http://www.bizikletazbizi.multiply.com/
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Agur eta laster arte